lunes, 30 de julio de 2007

Un Nuevo Comienzo

Génesis 12:1-4 - Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. 4 Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.
Como siempre digo, para tener un mejor entendimiento del mensaje que Dios tiene para nosotros, nos será necesario hacer un pequeño repaso de historia. Examinemos un poco la vida de Abram antes de llegar a este punto de la historia. Abram creció en la ciudad de Ur, esta ciudad era la más importante de los Caldeos. Era una ciudad muy importante porque ellos tenían un gran comercio con otras ciudades, y también tenían una librería bien extensa; fue aquí donde Abram obtuvo su educación. Luego la familia decidió mudarse a Canaán, pero al llegar a Harán se detuvieron e hicieron morada en esa tierra. En la ciudad de Harán Abram recibió su herencia, como era la costumbre en ese entonces, después de la muerte de su padre Taré (Génesis 11:31-32.) ¿Por qué debemos saber esto? Es necesario que sepamos esto porque esta pequeña porción de la vida de Abram nos demuestra la condición en la cual él se encontraba. Es necesario que observemos que en este punto de la historia Abram estaba bien cómodo. Abram no-tenia muchas necesidades físicas o materiales. Pero un gran cambio estaba cerca, Dios tenia otro propósito con su vida. Con esto que les acabo de enseñar creo que todos aquí podemos decir con confianza que cuando más cómodo él estaba, cuando más completa aparentaba su vida estar, Dios lo llamo a que dejara todo eso. Dios lo llamo a que dejara esa comodidad y seguridad. Estos breves, pero muy importantes acontecimientos que cubrí con ustedes, nos conducen hasta estos versículos que estaremos utilizando en el día de hoy. Así que con estas cosas en mente escudriñemos lo que aconteció.
En los versículos que estamos usando en el día de hoy leemos: “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.” Déjenme decirles que esto seguramente no le fue nada fácil de hacer, ya que Abram no era ningún muchacho cuando recibió este llamado de Dios, él era ya un anciano de setenta y cinco años y el viaje a Canaán no seria nada fácil. Quiero que notemos bien la edad de Abram porque esto es algo de suma importancia. Es necesario que notemos bien su edad porque esto significa que Abram ya estaba muy acostumbrado a lo que tenia, Abram estaba muy acostumbrado a la comodidad y a las bendiciones que disfrutaba. Así que podemos decir con certeza que cuando más cómodo y bien él estaba, Dios lo llamo a abandonarlo todo y a enfrentarse a una ardua tarea, lo llamo a comenzar de nuevo. La pregunta que debemos hacernos ahora es, ¿Espera Dios lo mismo de nosotros? La respuesta es SI. Lo que Dios pidió de Abraham fue algo que seguramente lo dejo un poco confundido, después de todo, Dios le estaba pidiendo que abandonara las bendiciones que Él le había entregado. Pero no obstante eso, Abram confió en que Dios tenia algo mejor para él.
Preguntémonos nuevamente, ¿nos ha llamado Dios a dejar nuestra comodidad? Te digo en el día de hoy que la respuesta a esta pregunta es SI. Pero desdichadamente, no todos están dispuestos a dejar la comodidad, no todos están dispuestos a moverse de donde están. Lo que sucede con mucha frecuencia es que nosotros nos acomodamos en el saber que somos salvos, y en el atender a la iglesia y recibir. El problema esta en que una vez que nos acomodamos en nuestra vida Cristiana, una vez que nos acomodamos en la iglesia, entonces dejamos de reconocer la oportunidad que Dios nos da para engrandecer Su reino.
En estos versículos de hoy leemos: “Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” Lo que estamos viendo aquí es que Abram recibió la promesa de que él seria el inicio de la bendición para toda familia en esta tierra; él recibió la oportunidad de ser la diferencia en ese mundo de maldad; él recibió la oportunidad de obrar para engrandecer el reino de Dios. Pero preguntémonos, ¿nos ha dicho Dios lo mismo a nosotros? ¿Nos ha dado Dios esta misma oportunidad? Claro que si, todos aquí estamos llamados a proclamar el evangelio a las naciones (Mateo 28:19-20.) Dios nos ha llamado ha apartarnos de las cosas de este mundo (Romanos 16:17-18; 2 Corintios 6:16-18; 2 Tesalonicenses 3:6.) Dios nos ha llamado a vivir vidas en santidad (1 Pedro 1:15-16.) De la vida de Abram tenemos mucho que aprender. Hermanos Abram paso a ser reconocido como el padre de la fe, y te digo en el día de hoy que Dios esta buscando a los fieles hoy en día.
Dios esta buscando a hombres y mujeres dispuestos a enfrentarse a la batalla sin temor. Hombres y mujeres dispuestos a hacer grandes cosas por Su reino, buscando a hombres y mujeres dispuestos a entregar lo mejor de ellos, hombres y mujeres dispuestos a dejar la comodidad y confiar en Su palabra. No tenemos que ser perfectos, no tenemos que ser sabios, solo tenemos que estar dispuestos a confiar en Su Palabra, estar dispuestos a dejarnos ser guiados. Solo tenemos que poseer fe y confiar en Su palabra. Pasaremos por situaciones difíciles, pasaremos por situaciones donde quizás no podamos entender el propósito de Dios en todo, pero reconozcamos que existe un propósito de Dios en todo (Salmos 138:8.) Dios espera que conquistemos nuestros temores y derrotemos nuestros desánimos para que alcancemos ver la manifestación de Su Gloria, Poder y Gracia en nuestra vida y en la de todos que nos rodean. Pero si no estamos dispuestos a movernos hacia el lugar que Él nos guía, si no estamos dispuestos a dejar nuestra comodidad, entonces fallaremos en reconocer el momento que Dios nos proporciona para ser obreros en Su obra. Fallaremos reconocer que el Señor se puede glorificar y se glorifica en cualquier momento. Fallaremos en reconocer que Dios se glorifica aun en nuestras debilidades (2 Corintios 12:9-10.)
Continuando leemos: “Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.” ¡Abram obedeció a Dios! Nuestra fe y obediencia a Dios será recompensada tal como Dios recompenso a Abram, pero solo si nos mantenemos firmes. Solo cuando nuestra fe es genuina y confiamos en Dios no obstante lo difícil o costoso que pueda aparentar una situación. Aunque la situación o circunstancia no aparente tener sentido, aunque la situación o circunstancia este un poco confusa, aunque el precio aparente ser muy costoso, nosotros tenemos que confiar en Dios en todo momento y estar dispuestos a movernos según Su voluntad. En muchas ocasiones el hacer la voluntad de Dios no es nada fácil, ¿verdad? Hay veces que nosotros escuchamos cuando Dios nos habla, pero se nos hace difícil obedecer. Dios le hablo a Abram de manera audible y él le escucho, él le obedeció. ¿Se pueden imaginar lo que hubiese acontecido si Abram no hubiese obedecido? Yo no quiero ni pensarlo ya que si ese hubiese sido el caso no creo que ninguno de nosotros estaríamos aquí; de la descendencia de Abram nació nuestro Rey y Salvador (Mateo 1:1.) Dios nos habla a nosotros de diferentes maneras. Dios nos habla a través de Su Palabra, nos habla a través de la convicción, nos habla a través de nuestros hermanos y hermanas en el cuerpo de Cristo. Dios nos habla, y nos habla con frecuencia, pero tenemos que comenzar a obedecer. Como les dije, en ocasiones a nosotros se nos hace difícil obedecerle, se nos hace difícil porque casi siempre que Él nos habla, casi siempre que recibimos Su mensaje, las tareas a cumplir no son nada fácil.
Ciertamente este fue el caso de Abram, la jornada no seria fácil, pero esto no lo detuvo; Abram seria un instrumento de Dios confiando completamente en Su palabra. Hermanos, tal como Dios tenia un propósito con Abram, Dios tiene un propósito en la vida de toda persona que se deja utilizar por Su santo espíritu. Abram seria de bendición a muchos, y Dios desea que tu le seas de bendición a muchos. Dios tenia un propósito en la vida de Abram, y Dios tiene un propósito en la vida de toda persona que se entrega a Cristo Jesús (Romanos 8:27-29.) Puede ser que no lo alcancemos ver de inmediato, puede ser que no lo entendamos, pero Dios no comete errores cuando nos llama, Dios conoce nuestro potencial, Dios conoce nuestros corazones (1 Samuel 16:7.)
Como iglesia no podemos quedarnos sentados en los bancos y sillas, tenemos que pararnos y obrar para Dios. Tenemos que dejar nuestra comodidad y movernos hacia la voluntad de Dios. Tenemos que buscar que nuestros corazones sean restaurados, que nuestros corazones sean limpios ante Dios (Proverbios 11:20.) Recordemos siempre que Dios nunca nos llamara a estar en contiendas, en celos, en envidia, y/o en discordia con nuestros hermanos. Dios nunca nos llama a chismear, desacreditar o causar división. Dios nunca nos llamara a la desobediencia o rebeldía. Dios llamo a Abram a hacer algo diferente para que sirviere de bendición. Dios llama al verdadero creyente para que también seamos de bendición. Recordemos que Dios nos llama a ser diferentes, pero nunca nos llama a pecar (Juan 3:20-21.) Dios nos llama a ser diferentes, pero nunca a contemplar el pecado. Dios NO nos llama a justificar el pecado, NO nos llama a disimular el pecado. Recordemos que Dios no habita donde existe el pecado porque Dios es santo (Levíticos 19:2.) Como el pueblo de Dios tenemos que movernos hacia Su voluntad. Es tiempo de que nos demos cuenta que no podemos vivir fuera de la voluntad de Dios. No podemos ignorar lo que Él nos esta diciendo. Si no estamos atentos a Su voz, y le obedecemos, entonces no alcanzaremos las bendiciones.
Para concluir. Estamos a punto de tener un nuevo comienzo , pero Dios te llama a no esperar, Dios te llama a comenzar ahora. No podemos permitir que nada nos aleje de su propósito. No podemos permitir que nada nos aleje de Su voluntad. El Señor nos llama a ser diferentes, a escuchar Su voz y a apartarnos del mundo. No será en vano que hagamos estas cosas, sino tendremos nuestra recompensa (Marcos 13:13.) Dios nos habla en el día de hoy, Dios nos llama a escuchar Su voz y a ser obedientes a Su Palabra. Busquemos el propósito de Dios en todo momento, busquemos Su voluntad, busquemos Su rostro. Recordemos que Él nos reconoce por lo que podemos ser y no por lo que pensamos que somos. Estoy seguro que en ese entonces el mundo vio a Abram como un simple hombre, pero Dios lo vio como el padre de la fe (Romanos 4:16-17.) En el primer libro de Samuel el mundo vio a David como a un niño, pero Dios lo vio como un rey (1 Samuel 16:1; 11-13.) El mundo vio a Juan el bautista como un profeta (Mateo 14:5), pero Dios le vio como el que prepararía el camino para el Señor (Mateo 11:9-10.) El mundo vio a Pedro como un simple pescador, pero Dios le vio como un discípulo (Mateo 4:18-19.) Dios ha visto en cada uno de nosotros lo que podemos llegar a ser, Él sabe el potencial que existe en cada uno de nosotros y quiere que lo desarrollemos. No permitamos que las influencias de este mundo determinen nuestro futuro. Es hora de ser obreros en el reino, es hora de testificar de Su gloria y poder. No esperes ten hoy un nuevo comienzo.

Te bendecimos en el dia de hoy
Pastora Lourdes Batista

1 comentario:

Unknown dijo...

Esto es plagio. El autor es el pastor José R. Hernandez. Iglesia El Nuevo Pacto. http://www.elnuevopacto.com. Ud. esta violando las leyes de derechos de autor.