lunes, 30 de julio de 2007

Mujer, tu mereces respeto y admiracion





Mujer, tu mereces respeto y admiración

En una ocasión, el esposo de un matrimonio con un pequeño e único hijo, derrochaba desordenadamente sus ahorros, mientras la esposa los ahorraba secretamente para que su cónyuge, quien no mostraba respeto alguno por ella, no la fuera a amonestar delante del pequeñín, que crecía apresuradamente hasta convertirse en un joven, en la medida que pasaban los años.Cuando el joven llegó a la mayoría de edad, llamó a sus padres a una reunión y dirigiéndose específicamente al padre dijo: -Papá, ya he llegado a la mayoría de edad y quiero casarme. Te ruego que me des la herencia que para mí has guardado durante estos años.El padre no tuvo otra salida que bajar tristemente la cabeza sin encontrar respuesta alguna y el hijo, comprendiendo que algo raro estaba sucediendo, preguntó con agudeza: -¿Qué pasa papá, es que soy yo el único joven que no hereda de su padre?.Fue a confesar el padre, la verdad que lo deshonraría delante de su hijo; pero cuando fue a abrir la boca, se adelantó la medre: -Sí hijo, tu padre ha sido cuidadoso con tu herencia, la tendrás esta misma noche.Cuando ambos esposos quedaron solos, el padre pregunto: -¿Y de donde sacaremos ese dinero, sabes que yo no tengo apenas un centavo? –A lo que la madre respondió: -Mientras tú derrochabas irresponsablemente nuestro dinero, yo ahorraba para cuando llegara esta ocasión, nuestro hijo no se avergonzara de su padre.Después de escuchar este pasaje, me complazco en referirme en esta predicación, a las damas. Sí a aquellas que a través de la vida, con temor de Dios, han sido el brazo derecho de sus esposos, a quienes han apoyado en todos los instantes. En los momentos de abundancia y en los de penuria. En los que la vida les ha sonreído y en los que le ha dado una dura faena y vil cosecha. En los momentos de salud, y en los que ésta ha brillado por su ausencia. A las que al lado de su esposo han estado como su ayuda idónea.Génesis 2:18 - Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.Efectivamente, entre otras cosas, Dios le dio al hombre la mujer como una ayuda idónea. Para que esté siempre a su lado en lo bueno y en lo difícil, apoyándolo constantemente y, a su vez, el hombre cuidará y tratará a ésta como algo de porcelana fina, que debe tratarse con amor y cuidado exclusivo por ser de su propia naturaleza concebida como carne de su carne y hueso de su hueso.Génesis 2:22-23 - Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. 23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.Por razones como las expresadas anteriormente, el hombre nunca debe menospreciar su compañera, y ésta no debe permitir que se le eche a un lado. Por el contrario, en la medida que ella es útil para su esposo, en ocasiones desempeñando el papel principal cuando éste está ausente o enfermo, la mujer debe saber que ella es merecedora de respeto y admiración y exigir que como tal debe ser tratada.Cuando el hombre le da el lugar que le corresponde a su compañera, y cuando ésta asume la posición de respeto y apoyo a su esposo, sus hijos vienen a la vida en abundancia de bendiciones como frutos de árboles que han sido plantados en correspondencia a la voluntad de Dios. Y tales bendiciones sus padres también disfrutarán.Salmo 128:3-4 - Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa. 4 He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová.La verdad que encierran las palabras del Señor, por medio del salmista, la hemos apreciado en infinidad de parejas donde el hombre ha tenido muy presente la ayuda de su compañera, y cómo han vivido en un mar de bendiciones. Mas en aquellas donde el respeto no ha fraguado, hemos visto que se desenvuelven en un ciclo de maldiciones. De una mujer sencilla; pero obediente, quiso Dios que viniera el salvador del mundo, y aunque no la adoramos porque la adoración es para el Hijo, si la respetamos porque escogida por Dios fue.Lucas 1:30-31 - Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. 31Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús.El propio Jesús demostró un gran respeto por las mujeres, aún por aquellas que fueron pecadoras perseverantes y su amor por ellas nunca flaqueó.Juan 8:7-11 - Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. 8E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. 9Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó sólo Jesús, y la mujer que estaba en medio. 10Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11Ella dijo: Ninguno Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.Tú hombre, que has escuchado todo esto, y que has aprendido que sólo mediante una relación de amor, respeto y mutua consideración con tu esposa, tu matrimonio estará ante Dios como él manda. Tú mujer, sólo reconociendo y actuando como la que recibió de Dios un espacio en su matrimonio, para ser respetada y considerada y al mismo tiempo para respetar y apoyar a tu esposo, perseverando en este camino el enemigo no podrá interrumpir las bendiciones que vienen de lo alto.
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